La educación del futuro debe dedicarse a la identificación de los orígenes de errores. Por tanto, la primera tarea de la educación es enseñar un conocimiento capaz de criticar el propio conocimiento ya que la búsqueda de la verdad exige reflexibilidad, crítica y corrección de errores. La educación debe promover una <<inteligencia general>> apta para referirse, de manera multidimensional, a lo complejo, al contexto en una concepción global. Además, debe favorecer la aptitud natural de la mente para hacer y resolver preguntas esenciales y estimular el empleo de la inteligencia general.
La educación del futuro debe ser una enseñanza universal centrada en la condición humana. Además, deberá velar por la idea de unidad de la especie humana e ilustrar este principio de unidad/diversidad en todos los campos.

Según Morín, hay que saber interpretar la realidad antes de reconocer donde está el realismo. Lo que importa es ser realista en el sentido complejo, también trata sobre la ecología de acción, este concepto opera cuando tomamos una decisión. El problema de compresión se ha vuelto crucial para los humanos, por ello, debe ser una de las finalidades de la educación para el futuro.
El egocentrismo es una traición así mismo, la cual adjudica a los demás extraños o no, la causa de todos los males. Este se amplía con el abandono de la disciplina y las obligaciones.
Etnocentrismo y sociocentrismo nutren las xenofobias y racismos hasta el punto de llegar a quitarle al extranjero su calidad de humano.
Los obstáculos a la comprensión son múltiples: los más graves están constituidos por el bucle egocentrismo. Esta incomprensión es un obstáculo para el mejoramiento de las relaciones entre los individuos, grupos y pueblos.
La ética de la comprensión es un arte de vivir que nos pide comprender de manera desinteresada. Lo que favorece la comprensión, el “bien pensar” y la “introspección”, que es reconocer y juzgar nuestro egocentrismo. La tolerancia supone un sufrimiento al soportar la expresión de ideas negativas.
Las interacciones entre los individuos producen la sociedad y esta retroactúa sobre los individuos. Una ética propiamente humana es antropo-ética, la cual conlleva la esperanza de lograr la humanidad como conciencia y ciudadanía planetaria.
Por último, la democracia permite la relación rica y compleja del individuo, además comprende la separación de poderes, la garantía de derechos individuales y la protección de la vida privada. La regeneración democrática supone el desarrollo de la antropo-ética.
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